
Nicolás Somma, nuevo profesor titular de la Facultad
31 enero 2025
El profesor y exdirector del Instituto de Sociología, Nicolás Somma reflexiona sobre el significativo logro que representa este ascenso, tanto a nivel personal como para el Instituto de Sociología de la UC. En esta entrevista, comparte sus desafíos, su visión sobre la evolución del ISUC y su experiencia de más de 16 años en la universidad, destacando la importancia de la perseverancia y el compromiso en la construcción de una academia madura y responsable. Además, hace un llamado a reconocer el trabajo invisible que respalda estos procesos, agradeciendo el apoyo constante de sus colegas y de la comunidad universitaria.
¿Por qué es importante para ti el pasar a ser profesor titular?
Para mí es un gran honor haber sido promovido a profesor titular en la UC. Me llena de orgullo y me mueve a querer hacer mejor mi trabajo. Más allá del resultado, el proceso de postulación para la titularidad es muy riguroso y complejo. Pasa por distintos niveles, figuras y comisiones dentro de la unidad académica del postulante, su facultad, Casa Central y finalmente el Honorable Consejo Superior de la UC. Además, implica consultas a académicos/as internacionales que conocen el trabajo de quien postula y se les solicita que se pronuncien sobre su trayectoria (y nada asegura que sus respuestas sean positivas). Todo esto puede demorar meses, incluso años, y requiere un trabajo mancomunado de mucha gente.
¿Por qué es importante para el ISUC?
Toda unidad académica debe aspirar a una distribución numérica balanceada de las tres categorías de planta ordinaria (asistente, asociado y titular). Por razones históricas, el ISUC tuvo por bastante tiempo una alta proporción de profesores asistentes – y en los últimos años, un creciente número de asociados. Hasta ahora teníamos dos profesores titulares en actividad y ahora somos tres. Esto permite abordar algo mejor ciertas actividades y demandas de la Universidad que, incluso por razones reglamentarias, requieren la titularidad. Además, en la medida que más colegas vayan transitando a la titularidad, indica que el ISUC va madurando como proyecto académico.
¿Cuáles son los desafíos de ser profesor titular?
Entiendo que hay una mayor integración a instancias centrales de la Universidad, como comisiones sobre diversos temas. También está el ocupar cargos de dirección y subdirección en la unidad académica, que en mi caso ya ocurrió siendo profesor asociado. Además, creo que hay una responsabilidad por representar a la Universidad de manera adecuada en la sociedad y en el espacio público, sin descuidar la vigencia en las redes académicas, investigaciones y publicaciones, sobre todo a nivel internacional. Creo que también hay un desafío en la formación del estudiantado de pre y posgrado. Por ejemplo, desde el año pasado estoy dando un curso introductorio para el primer año del pregrado y le cuento a novatos y novatas que yo empecé a estudiar sociología hace 30 años. Hay un desafío que es entender a (y conectar con) personas de 18 o 19 años, que tienen preocupaciones nuevas y viven en un mundo muy distinto al que existía cuando yo empecé la carrera – cuando estaba el eco de la Guerra Fría y nos comunicábamos por teléfono fijo y carta. Y, a pesar de esas grandes diferencias, creo que hay una forma muy rica y apasionante de entender el mundo, que es la de la sociología, que va más allá de las generaciones y las épocas. Lograr ese punto de encuentro es un desafío para cualquiera, pero quizás para un profesor titular tiene que ser un objetivo explícito.
¿Cómo evalúas el camino realizado para llegar a esto?
Yo lo viví con mucha exigencia (interna y externa), pero nunca dejé de disfrutarlo en los 16 años que llevo en la UC. Lo haría de vuelta no sólo porque es un trabajo agradable, sino también porque creo que contribuyo modestamente a una tarea común valiosa, en la que estamos comprometidos con los y las colegas del ISUC y de otros departamentos de sociología de Chile. Esta tarea consiste en comprender una sociedad casi incomprensible, y dar herramientas para que el estudiantado y la sociedad en general pueda hacerlo a su manera. Hay varios rituales académicos, burocráticos, muchas reglas ocultas, que se van adquiriendo más o menos naturalmente con el paso del tiempo. Pero por momentos se requiere una vocación y perseverancia casi monástica, porque es fácil frustrarse cuando las cosas no salen – por ejemplo, cuando me rechazaron un artículo en ocho revistas distintas y recién pude publicarlo en la novena.
Asimismo, el profesor Somma agradece mucho el trabajo administrativo y académico de todas las personas que participan en los procesos de promoción académica, en el mismo Instituto de Sociología, en el Decanato de Ciencias Sociales y en la Universidad. «Es gente muy ocupada que dedica tiempo a revisar tu trabajo, reunirse, conversar entre sí y decidir. Hay un apoyo bastante invisible que va más allá del resultado, y que es justo reconocer y agradecer», finaliza.